[Hogsmeade] Honeydukes, tienda de chuches.

Pues eso, la tienda de chucherías de Hogsmeade.

A cuatro patas como estaba para adaptarse al reducido tamaño del sótano,D. abrió la trampilla que lo comunicaba con la trastienda de la tienda,y un rayo de luz procedente del establecimiento iluminó el sucio sótano.*Es aquí,en cuanto la dueña vuelva al mostrador,podemos bajar.*Y volvió a mirar a través de la rendija.Sí,no iba a negar que había escogido el peor camino posible...No había dejado su invernadero solo para aparentar una idílica salida,y encima hacerlo bonito.

Joel: *Asintió a las palabras de D. y se giró hacia Adrian diciendo:*
-Ya casi estamos, Adrian. ¿Qué tal vas?
*Durante casi todo el recorrido que habían hecho de pie en el pasadizo, Joel le había estado llevando en brazos, pero había tenido que soltarle cuando le resultó físicamente imposible caminar de pie.*

Saber que tenía el trasero de Joel justo delante había hecho el último tramo menos horrible pero no podía dejar de pensar en cómo debían estar sus pantalones por haber tenido que arrastrarse así. Pensaba matar a D. por hacerles eso en cuanto dejara de serles útil.
- Nunca más... esto nunca más...

El jadeo de Adrian hizo que su sonrisa se ampliara aún más.A el le resultaban divertidos los bailes...Ella prefería los pasadizos mugrosos.*Cuando bajéis,procurad no hacer ruido.Y...Lo de cogerse en brazos,y eso...No.*Y tras abrir del todo la trampilla,pasó a la trastienda con un salto ágil.

Joel: *Saltó al suelo después de que D. le dejara el camino libre. Miró hacia la trampilla y dijo:*
-Salta Adrian, yo te cojo.

Adrian cerró los ojos un par de segundos para mentalizarse y salió también de la trampilla de un salto.
- Minami... la próxima vez vamos con todos -le susurró.

¬¬ Se quedó mirándoles de brazos cruzados.*¿Qué,nenas,dejamos los arrumacos y salimos,o queréis esperar a que llegue el dueño y os muela a palos?*

Joel: *Frunció el ceño y dejó a Adrian en el suelo mientras decía:*
-Ya va. Espero que el viaje haya merecido la pena.

Adrian se sacudió los pantalones, tratando de devolverles su aspecto original. Estaba siendo casi peor, ahora sus manos estaban asquerosas. Secó un pañuelo blanco para limpiárselas.
- Al menos podré reponer la despensa.
La despensa era en lo que se convertía su baúl durante el cuerso, un gran almacén de toda chase de chucherías. No era un tema que soliera sacar pero Joel conocía de sobras esa afición suya. Desde que Salazar se había unido a su equipo particular, esa despensa abía tenido que emigrar a un cajón cerca de su cama. No entraban tantas cosas... pero merecía la pena. Oh, hablando de Salazar... Metió la mano en el bolsillo de su túnica y sacó al pequeño reptil para asegurarse de que estaba bien. Perfecto. Le dedicó una sonrisa antes de volver a esconderla.

Probablemente lo único que no hacía que aún no les hubiera aplicado un par de conjuros...correctores,era el pequeño reptil del que cuidaba Adrian.Una persona que veneraba a una cria de esa forma,tenía que tener algo bueno.En algún sitio...muy escondido debajo de esos montones de tontería repelente...Cuando vio que estaban listos los dos,se coló a través de los cortinones que separaban la trastienda del establecimiento.

Joel: *Tras asegurarse de que no había nadie, el mago se infiltró detrás de D. En cuanto Adrian y ella acabasen con sus compras, irían a alguna tienda interesante de verdad. Aunque... ¿aquello era tarta de calabaza recién hecha?*

Los colores brillantes, ese aroma dulzón... y la odiosa sensación de sentirse en una casita de cuento. Si hicieran esas tiendas algo más serias seguro que ganarían clientela. Fue directo a las grageas. El espacio que no ocupasen ellas en su bolsa ya lo dedicaría a otras cosas. Como una enorme piruleta que había llamado su atención. ¿O mejor una sencilla manzana de caramelo?

Unos minutos más tarde,D. pagaba una bolsa de tamaño considerable de culebras de gominola,y una caja de diez ranas de chocolate.Hacía tiempo que había dejado de comérselas,pero todos aquellos magos...Guardaba los cromos como verdaderas reliquias desde que compró por primera vez en el expreso de Hogwarts.En cuanto tuvo sus compras,tras haber sacado una de las serpientes para comérsela,salió a la calle.Aquellas chucherías eran de tan mal gusto,que habían acabado por gustarle.Además,ni siquiera tenían forma de ninguna especie concreta...

Joel: *Con su tarta de calabaza envuelta y lista para llevar, el joven mago fue donde Adrian y dijo:*
-Yo ya estoy y D. acaba de salir. Cuando quieras, nos vamos a la siguiente tienda.

- Eh... sí, ahora voy... Ve fuera con ella si quieres.
Adrian se entretuvo en repasar los estantes que conocía ya de memoria. Le gustaba ver si había alguna novedad, a pesar de que no solía haberlas. Bueno, entonces un par de plumas de azucar para la biblioteca...

Bien, con eso tendría suficiente por una temporada. Adrian estaba a punto de pagar su enorme adquisición cuando recordó la piruleta. En un abrir y cerrar de ojos la añadió a su montón. Muy a su pesar había vuelto a comprar más con los ojos que con al cabeza. Llevaba la bolsa que había traido repleta de golosinas, uno de los bolsillos de su túnica y todavía le habían tenido que dar una bolsa con el logotipo de la tienda. Tenía que aprender a controlar un poco aquello...