[Hogsmeade] Calles.

Lo que sucede en las calles del pueblo de Hogsmeade.

Ya fuera de la tienda,D. se sentó en la repisa de la tienda y se frotó las manos.Comenzaba a hacer frío...Por fin.Aunque iba a tener que tener más cuidado con los Occamys...Los desenroscó de las muñecas y los metió juntos en el bolsillo interior de su túnica.El fondo lleno de plumas del mismo delataba que no era la primera vez que descansaban allí.

Joel: *Salió de la tienda y se acercó a D. mientras decía:*
-Adrian viene ahora. ¿Cuál es la siguiente parada que tienes en mente?

*Tengo que ir al cabeza de puerco a...liquidar algunos asuntos.Y deberiamos ir a Dervish y Banges a comprar el caldero grande que nos pidio el profesor de pociones X .Y...*Le dio otro mordisco a su culebra.*...no pienso ir contigo a Madame Tudipie,si quieres ir con Adrian y cargarte todo de nuevo...Adelante.*


(>.< Molaria saber quienes son los profesores y tal...)

Joel: -Como si te fuera a pedir que vinieras. En Dervish y Banges tengo que mirar un par de cosas y me gustaría ir a Tiros Largos. Necesito un par nuevo de calcetines para el Quidditch.

*Quien sabe...Mas vale prevenir,te he visto llevando en brazos a Adrian,puedo esperarme cuallquier cosa...*Saco una de las cajas de ranas de chocolate de su bolsa.*¿Calcetines?¿No prefieres un lacito rosa en el pelo? O quiza un par de vestidos,para que vayais a juego...*Se mofo.

Joel: -Ja, ja...
*En voz más baja pero con tono de amenaza dijo:*
-¿Piensas que por amar a un hombre voy a ser una mariposilla feliz revoloteando por ahí? No te confundas, D. Amor y personalidad no van unidos.

*Si llevaras a tu queridisima Itza en brazos diria lo mismo...¿Crees que me importa lo mas minimo con quien malgastes tu tiempo?*Abrio la caja y saco la rana,que se apoyo en la pierna para sacar el cromo.Dumbledore...Debia de tenerlo un millon de veces repetido...Jugo un momento con el antes de lanzarlo al aire y prenderle fuego en el aire con un golpe de varita.*Es una pena,si dejaras de lado toda esa palabreria de "amor" y esas cosas de las que te gusta parlotear...Serias un complice mas interesante.*Le tendio la rana*¿Quiere la princesita un poco de chocolate?*No pudo contenerse,y estallo en carcajadas.Era tan sencillo...

Adrian salió de Honeydukes cargado con sus bolsas y con una enorme piruleta enroscada sobre sí misma al palo ya en la boca. Debía medir al menos quince centímetros la parte que quedaba visible. Al colocarse junto a Joel, se la sacó lentamente de la boca, mostrando otros quince centímetros más.
- ¿A dónde vamos ahora? -preguntó a la chica con una inocente sonrisa.

Joel: *Cuando estaba a punto de contestar algo malsonante a D. la visión de Adrian comiéndose aquel dulce se llevó toda su atención. Susurró:*
-Si por mí fuera, te llevaría al cuarto de los menesteres otra vez.

La sala de los men...No comentaría nada sobre eso.No le convenía que nadie supiera para lo que le servía aquella habitación cambiante.*Podéis iros si queréis,a mi me da igual.Supongo que es mucho más productivo encerrarse en el colegio en vez de aprovechar la tarde de compras.Yo voy a comprar un caldero,vosotros diréis.*

Adrian le dio un codazo a su compañero.
- No me he arrastrado como una alimaña para volver al colegio ahora. Podemos empezar por ese caldero.
Pero pensaba pasarse el día lamiendo aquella piruleta. En el fondo disfrutaba haciéndole perder la cabeza de esa forma.

Joel: *Suspiró y dijo:*
-Vamos entonces. Necesito mirar kits de cuidado de escobas.

Comenzó a andar por la calle,mordisqueando la rana de chocolate.Prefería andar unos pasos por delante,Adrian con ese dulce y las miradas de Joel resultaban...siniestras.Quizá debería llevarles a Las Tres Escobas,allí habría gente,y se abstendrían de esos gestos...

El camino hasta el final de la calle principal fue realmente entretenido. Sabía que su actitud estaba molestando algo a D. y para nada a Joel. Además, cada vez que se cruzaban con alguien era fácil disimular. Jugaba a lamer su deliciosa piruleta, a darle pequeños besos furtivos, repasaba sus líneas con la lengua y ejercía una sueva presión con sus labios al introducírsela en la boca. Si la calle se hubiese hecho de pronto el doble de larga, no le habría importado.

Joel: *Tuvo que morderse el labio para evitar palabras y gestos que lo habrían echado todo a perder de nuevo. No cabía duda de que Adrian sabía cómo hacerle sufrir. Y le gustaba, al menos hasta cierto punto. El letrero grabado con el nombre "Dervish y Banges" le distrajo de sus cavilaciones y le hizo apretar el paso para entrar en la tienda. Ellos ya habían tenido sus chucherías, ahora él quería sus caprichos.*

Adrian salió del Cabeza de Puerco junto al mago al que le había echado el ojo. Se adentraron por las callejuelas que salían de la calle principal, más comercial, pasando por delante de las viviendas de quienes vivían allí.

Viejo: *Tras pasar por delante de unas viviendas, al girar una esquina el hombre se detuvo y sacñó un enorme manojo de llaves. Tras escoger la adecuada, abrió la puerta diciendo:*
-Entra muchacho. Estás en tu casa.

- Muchas gracias señor McCauldron.
Entró en la vieja casa. Estaba seguro de que allí dentro podía haber cualquier cosa.

Regis: -Llámame Regis, hijo.
*Cuando Adrian entró, el hombre cerró la puerta y avanzó hasta el salón diciendo:*
-Bien, ¿quieres tomar un té o prefieres ir a la biblioteca a buscar el libro que necesitas directamente?

Sonrió amablemente.
- En otra ocasión me encantaría quedarme pero he venido con unos amigos. No me gustaría que me echasen demasiado de menos.

Regis: *Asintió y echó a andar hacia una de las puertas del salón. Le hizo una seña al chico y dijo:*
-Por aquí.
*Acto seguido cruzó la puerta para llegar a su biblioteca privada.*

Adrian metió la mano en su bolsillo. Ya casi, pequeña criatura malvada, ya casi. Toda esa casa parecía emanar un aura tenebrosa. Con una buena limpieza a fondo, le habría parecido un sitio agradable, pequeño, pero agradable.
- Tiene una casa muy bonita señor Regis.

Regis: *Soltó una risa que sonó como un cacareo cascado.*
-Qué majo el chiquillo. Podría ser una pocilga, pero aún así dirías que es bonita, ¿eh? Agradar a tu anfitrión es importante en la consecución de tus objetivos.
*Mientras decía esto, el anciano comenzó a buscar por entre las viejas estanterías. ¿Dónde habría guardado el dichoso libro?*

- Si no lo pensara habría buscado algo mejor que decir. Tiene una atmósfera agradable.
Sin pasarse de impertinente, Adrian pasó la mirada por los lomos de los libros que había ahí guardados. Algunos le sonaban y de otros no había escuchado hablar nunca. Imaginó que esos eran los mejores.