Dormitorios Chicos Slytherin

Tras una corta cena, Adrian volvió a los dormitorios. Fue directamente a su baúl, lo abrió y dejó en su interior una servilleta de papel que contenía algunos restos de carne desmenuzados. Cuando se aseguró de que Salazar se lo comía, pudo relajarse. Se quitó la túnica y con el uniforme todavía se sentó sobre la cama. Aflojó a penas unos milímetros el perfecto nudo de su corbata dirigió la mirada hacia la cama de su amigo. Al final se había dormido de verdad.

Esa mañana había comenzado diferente a otras. Adrian se había tumbado en el suelo, aplastando los escarabajos que sacaba de un bote para que Salazar comiese todo lo que quisiera. Era doblemente divertido. Estaba alimentando a su peligrosa criatura en miniatura y matando seres indefensos para ello.

Joel: *Entró en la habitación llevando su libro de pociones bajo el brazo. Mientras lo guardaba en su arcón miró de reojo a Adrian y dijo:*
-Te lo pasas bien, ¿eh?

Desvió la mirada hacia él por un momento.
- ¿Tú no?
Casi se le escapó una sonrisa al decir eso.

Joel: -¿Cuidando a tu serpiente? No gracias. Prefiero otras actividades.

Vale, todavía estaba dormido. Volvió a centrarse en su serpiente. Fue a acariciarla con un dedo pero una de las cabezas se volvió y le mordió. Retiró la mano rápidamente y se llevó el dedo a la boca. Criatura infernal... Al menos Sabía que esa cabeza no era venenosa. Tenía que empezar a imponerle disciplina.

Joel: *Ya tardaba en pasar algo como eso. Se acercó a Adrian y le dijo:*
-Déjame ver eso. Se te puede infectar.

Se sacó el dedo de la boca.
- No va a pasarme nada.
No necesitaba que se preocupase por él como si fuera una madre protectora. Era una simple herida.

Joel: *Examinó la herida y dijo:*
-Ve a lavártela. Te prepararé un apósito con ungüento curativo.

Adrian entrecerró los ojos mirando a la serpiente. Se había librado por esa vez, pero no iba a tolerar otro mordisco.

Joel: *Buscó en su baúl y sacó una gasa y un frasco con ungüento verde. Puso un poco del ungüento en la gasilla y se acercó a Adrian diciendo:*
-Esto hará que cicatrice rápido. Dame el dedo, anda.

- He dicho que no -contestó algo irritado.

Joel: -¿Te he dado opción a contestar? ¿Te he pedido tu opinión acaso? ¡Deberías estar agradecido de que me preocupe por tu salud!

Le acercó la mano mirando en la dirección opuesta. Se lo tenía demasiado creido. Como le cogiese en un mal día, terminaría por darle una leccion.

Joel: *Le puso el apósito sobre la herida y le envolvió el dedo cuidadosamente diciendo:*
-En menos de 24 horas estará curado. No te lo quites hasta mañana.

- Gracias, Minami -murmuró algo malhumorado.

Joel: -De nada. Menos mal que me tienes a mí. Si no, tu pequeño Salazar acabaría por pegarte algo que hará que se te caigan las manos.

- Tampoco ha sido para tanto.
Se puso a recoger el bote de los escarabajos. A ver si se le iban a empachar.

Joel: -Porque ahora te cabe en la palma de la mano. Espera a que crezca un poco y sea capaz de tragarse tu cabeza de un bocado.

- Para entonces sabrá que esa no es una buena idea. ¿Lo pasaste bien ayer?
No había tenido tiempo de preguntarle por la absurda reunión.

Joel: -Si te refieres a que si encontré pareja, pues sí. Voy a ir con Itza, la chica aquella del otro día, ¿te acuerdas de ella?

Por supuesto que se acordaba. Bufó levemente y volvió a centrarse en su serpiente. Se refería a si había pasado algo interesante. Esa chica podía ser útil para escudarse en alguna travesura ¿pero para que la considerasen su pareja? Desde luego, estaba perdiendo facultades.

Joel: -Más le vale ir impecable. Tengo una reputación que mantener. ¿Tú has encontrado pareja? Puedo echarte una mano si quieres.

Se recolocó las gafas. Eso le había molestado.
- No necesito ayuda para una tarea tan simple.
Ya se encargaría de tener una pareja mejor. No podía ser tan complicado.

Joel: -No te habrás ofendido. No lo decía con mala intención. Sólo quería facilitarte las cosas mientras tú te ocupas de tu pequeño Salazar.