Dormitorios Chicos Slytherin

Hmf... Como si eso le importase. Estaba en el equipo por hacerle un favor, no porque le hiciese ninguna ilusión. Adrian recogió en el baúl a su pequeño Salazar y decidió salir a la sala común. Sería mejor que estar ahí esperando a que saliese Joel y estuviesen los dos solos.

Joel: *En cuanto llegó al cuarto, se quitó la túnica del colegio y se dejó caer sobre la cama.*

Adrian se quedó observando. Joel se había quedado dormido casi al instante y ahora la tristeza volvía a su corazón. Tal vez también él debería acostarse. Dejó el libro sobre su mesilla de noche y se volvió para mirarle una vez más. ¿Cómo había podido creer que le sustituiría por una chiquilla a la que acababa de conocer, por muy buena que fuera? Y sobre todo... aún creyéndolo... ¿por qué besó a esa maldita bruja? No se lo perdonaría nunca. Ni sus estúpidos celos ni sus retorcidas tretas.
Antes de que pudiera darse cuenta, Adrian estaba en frente de él, metiéndose en su cama para dormir arropado por el calor del cuerpo de su querido Minami.

Joel: *Cuando el sol le había dado lo bastante en la cara como para obligarle a despertarse, Joel se dió cuenta de que algo no estaba como siempre. Adrian... ¿Qué hacía él allí? Le zarandeó un poco para despertarle diciendo:*
-Despierta Adrian. ¡Despierta!

Aquel zarandeo le sacó de su tranquilo sueño.
- Eh... ¿qué...?

Joel: -Te has metido en mi cama por error, Adrian. ¿Tan dormido estabas anoche?

¿Por error...?
- Eh... sí, disculpa Minami -se apresuró a decir levantándose-. Que confusión más tonta.
Era mejor así. No volvería a hacer referencia sobre eso nunca. Adrian fue a su baúl para darle los buenos días a Salazar.

Joel: *Bostezó y dijo:*
-Recuerda quitarte las gafas cuando ya estés metido en la cama, no antes.
*Se levantó despacio y se preparó para ducharse y vestirse.*

Ese mediodía, Adrian había sacado del comedor un par de salchichas. Ahora que había terminado las clases, las desenvolvió y partió un pequeño trozo que le acercó a su Salazar. Ya empezaba a hacerse algo más grande.

Joel: *Examinaba cuidadosamente el libro sobre magia oscura que había logrado sacar de la sección prohibida de la biblioteca. Al oír entrar a alguien, lo metió rápidamente debajo de las sábanas, pero al ver quién era lo volvió a sacar. Echó un vistazo a la cada vez más grande serpiente y dijo:*
-¿Cuánto más va a crecer?

- Debería llegar cerca de los dos metros -aclaró sin volverse mientras le partía otro pedazo de salchicha.
Ver sus tres cabezas peleando por la comida era muy divertido. Sobre todo porque terminaba toda en el mismo estómago.

Joel: -¿Los alcanzará antes de que acabemos el curso?

- Es una pena pero puede que no. No sé cuánto crece una serpiente en un año.
Y la idea de no saber algo era horrible.

Joel: -No te lamentes tan pronto. Piensa mejor que así podrás sacarla del colegio para llevarla a tu casa con más disimulo. Si los profesores encuentran a Salazar, ya te puedes ir despidiendo de él.

- Espero no tener que volver a casa.
Sonrió levemente.

Joel: *Fingiendo un tono ofendido dijo:*
-¿Significa eso que ya tienes planes? ¿Y no me lo habías dicho? Eres un chico muy malo, Adrian. Voy a tener que castigarte como sigas así.

Tal vez porque estaba entretenido con Salazar o tal vez por lo que le molestaba pensar en volver a casa, no había terminado de comprender lo que le había dicho. Por si las moscas y para evitar problemas, Adrian optó por no responder.

Joel: *Cerró el libro y lo guardó debajo de las sábanas y se acercó a Adrian para abrazarle por la espalda diciendo:*
-Ni siquiera me contestas. Tsk, tsk... eso no hace más que empeorarte las cosas...

Trató de quitárselo de encima. No le gustaba nada hablar de su familia.

Joel: *Le estrechó fuertemente entre sus brazos y le besó en la mejilla para después susurrar:*
-No tienes escapatoria. Te voy a llevar conmigo para que te quedes a mi lado para siempre. La resistencia es fútil, Adrian.

Aquel beso pudo penetrar en sus murallas y abrir las puertas desde dentro.
- Minami...
Eso era lo que más quería.

Joel: *Sonrió y dijo:*
-¿Algo que objetar?

Negó levemente y se dejó abrazar. No podía estar más de acuerdo.

Joel: *Cerró los ojos y le estrechó un poquito más. En cuanto terminaran los estudios se irían juntos. Sonaba tan maravilloso...*

Adrian estaba despierto mirando el techo y escuchando el suave serpenteo de Salazar en el baúl sin poder dormirse. Simplemente no tenía sueño. Según pasó el tiempo, una traviesa ocurrencia acudió a su mente.
Silenciosamente se deslizó fuera de su cama y tomó un par de cosas de su mesilla de noche. Caminó sin hacer ningún ruido hasta la cama de Joel y depositó eso en su mesilla de noche. Se acercó a él y le colocó un dedo sobre los labios indicándole que no dijera nada para luego vendarle los ojos con un pañuelo.