Dormitorios Chicos Slytherin

- Menos mal que no es nuestro hijo de verdad, porque serías un padre horrible -bromeó.
Ayudó con cuidado a la serpiente a terminar de salir al exterior. Se apreciaban ya unas franjas más oscuras en su por ahora delicada pielecilla y casi podía distinguir la diferente forma de comportarse de las tres cabezas.

Joel: -Cualquier padre querría alimentar con pinzas a una serpiente de tres cabezas. Incluso los padres serpiente.

- ¿No te quedará alguna de las ara...?
No, no le quedaban. Él no había tomado parte en aquello pero se había estado hablando durante días de las enormes arañas que habían aparecido misteriosamente en el colegio.

Joel: *Casi le fulminó con la mirada mientras comprobaba que nadie había escuchado eso. En voz baja dijo:*
-¡Ssssssssh! Si se entera algún profesor, me expulsarán. Y lo mejor será traerle algún ingrediente del aula de pociones. Seguro que algo de eso comerá.

- Bien, pues ve.
Eso le dio qué pensar. No había escuchado nada acerca de un huevo desaparecido. Lo normal habría sido que en cuanto se dieran cuenta hubiesen registrado las habitaciones o algo parecido. ¡Ja! Igual ese estúpido ni se había dado cuenta.

Joel: *Gruñendo entre dientes, el joven mago salió de la habitación hacia el aula de pociones para buscar algún trozo de rata o de lo que fuera que comían las serpientes.*

Adrian sonrió satisfecho. Al final se había salido con la suya. Empezaba a gustarle eso de ser "mamá". Se rió ante esa ridícula idea que había tenido. Ahora tenía muchas cosas que hacer. Como saber si su serpiente era macho o hembra pasa ponerle un nombre y... sí, tal vez plantearse aprender algunas cositas nuevas.

Joel: *Al cabo de un rato, el joven mago regresó con un tarrito con escarabajos y huevos de codorniz. Se lo entregó a Adrian diciendo:*
-Me he jugado el físico para que Snape no me pillara en el aula. Dáselo a tu serpientilla mientras pienso cómo vas a compensarme.

Cogió el tarro y le dio las gracias con una sincera sonrisa. Luego volvió a su cama y bajó un poco la elevada temperatura a la que la había mantenido. Abrió el tarrito e hizo un pequeño agujero en uno de los huevos para luego dejarlo al alcance de su reptilcito. Ahora le ayudaba pero cuando creciera, tendría que alimentarse solita de las cosas raras que hubiera por el castillo y de mascotas desatendidas. No podía esperar para verlo~

Joel: *Se desplomó sobre su cama mientras decía:*
-¿Qué tal? ¿Se lo come?

- O intenta suavizarse la piel, así que imagino que sí. ¿No sabrás si se le puede hacer llegar a la madurez de golpe?

Joel: -Ni idea. Siempre puedes buscar en la biblioteca a ver si hay algún conjuro de evejecimiento.

Un buen rato después de haber descartado la idea de envejecer a su nueva mascota por si algo salía mal, Adrian estaba enredando con la serpientita, volviéndola loca moviendo un dedo depante de sus tres pares de narices al que intentaban seguir en un entretenido juego.

Joel: *Contemplaba aquel jueguecito sin el más mínimo ápice de otra emoción en su rostro que no fuera el aburrimiento. Dijo:*
-Acaba de nacer y ya babeas por cada cosa que hace. Vaya madraza...

- A ver si dices lo mismo cuando tenga mi propia arma asesina capaz de desaparecer sin dejar rastro.
Y él no babeaba <_<

Joel: -¿De verdad crees que eso pasaría desapercibido? Eres tan inocente que hasta me das pena.

- Puede meterse en cualquier lado y cosas más raras se han visto.
Por supuesto que no la verían. Sería su arma más sigilosa.

Joel: -Una serpiente normal no te diría que no. Pero una con tres cabezas es más ancha por definición. Lo tiene un poco más crudo, creo yo. A todo esto, ¿sabes si es chico o chica?

En vez de responder recogió la serpiente, ocuñtándola entre sus manos y salió de la habitación. Se le ocurría una persona que tañ vez pudiera darle una respuesta.

Joel: *En cuanto le vió alejarse pensó:*
-Eso es un no.
*Tras lo cual regresó a su cómoda posición horizonal y ceró los ojos.*

Joel: *Entró en la habitación tarareando una cancioncilla cuando vio a su compañero dejando a su "hijito" en la cama cuidadosamente. Sonrió y dijo:*
-Vaya, ¿dejas al bebé para irte de marcha? Menuda madre...

Adrian le miró de reojo algo molesto. Esa broma había dejado de tener gracia desde la segunda vez que la había hecho y le gustaría darle un buen puñetazo por ello. Claro que no merecía la pena. Acomocó a Salazar en su cama sobre algunas prendas de ropa para luego transladar el nido a su baul. Así no saldría y tampoco nadie esperaría encontrar algo así ahí.

Joel: -Qué poco sentido del humor tienes.
*Se quitó la túnica y la guardó con cuidado diciendo:*
-¿Vas a pasarte por la reunión esa que hay organizada? Como no te des prisa te quedarás sin pareja para el baile.

Así que a eso se debía su elegante atuendo.
- Si voy con alguien, quiero que signifique algo.
Que respetaba las aptitudes mágicas de su pareja, por ejemplo. Lo que no pensaba hacer era acudir con una muñeca sin cerebro cogida de su brazo. Tampoco necesitaba a nadie que se pasara la noche contándole cosas improductivas. Un poco de equilibrio no debería ser mucho pedir.
- Adiós. Voy a cenar -dijo yendo hacia la puerta.

Joel: -Que aproveche. Yo me voy a dormir. Nos vemos mañana.
*Tras decir esto sacó su pijama de verano y comenzó a desvestirse.*